19/12/13

~Seduciendo a mi profesor~ FINAL

Hola a todos
Primero que todo, lamento mucho la demora, pero es que digamos que emocionalmente no me sentía bien (decepción amorosa) y cuando estoy en ese estado la inspiración no me llega, pero ya volví :D y aquí estoy publicando el último capítulo de este hermoso fic :'D muchísimas gracias a todas las hermosas personitas que lo siguieron desde que comencé a publicarlo este año, no saben lo feliz que me han hecho ver sus comentarios y opiniones al respecto, este es mi primer serial y me alegro de que haya tenido tan buena acogida por parte de ustedes, y recuerden, este fic tendrá un capítulo especial, así que espero poder escribirlo lo más pronto posible, en verdad muchas gracias y espero traerles para el año siguiente muchos más, tengo ya varias ideas planteadas y que espero pronto salgan a la luz y como siempre este serial es dedicado a Mabe-chan y este capítulo se lo dedico a Fuyumi Ichinose, las quiero mucho y gracias.




Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan


Capítulo 22


Desperté más temprano de lo normal debido a los nervios que tenía desde la noche anterior, el querer hablar con tus ex-suegros para pedir la mano de su hijo, no era trabajo fácil, pero tenía que comenzar a hacer las cosas bien, tal vez no me iría tan mal. Me tomé una larga ducha para después salir del baño, ponerme mi mejor traje y peinarme adecuadamente para la ocasión.

Salí de mi apartamento al estar ya listo, fui hasta el estacionamiento para subirme al auto y comenzar a conducir hacia la casa de mi novio, se llevaría una gran sorpresa al verme por allá.


Al terminar de desayunar me dirigí nuevamente hacía mi habitación y aunque mis padres estaban en casa, no me animaba mucho el hablar con ellos, eran un tanto aburridos, intenté llamar a Yuyan pero su teléfono estaba apagado, según él nos veríamos ese día, pero de pronto más tarde se comunicaría conmigo; también pensé en llamar a mis amigos pero seguramente estaban ocupados en otras cosas, así que ni me molestaba.

Me recosté en la cama, mirando hacia el techo, pensando en todo lo ocurrido hasta ese momento, me sentía realmente feliz de por fin haber arreglado las cosas con él y más al sentirlo nuevamente en mis brazos, esa era una sensación que no me era fácil describir, así que solo lo describía como felicidad, cerré mis ojos y de un  momento a otro comencé a dormirme, aunque había dormido más de lo normal, todavía me sentía con mucho sueño.


Respiré profundo al llegar a aquella enorme mansión, no era tan grande como la de mis padres, pero aún así se podía suponer que ahí vivía una familia muy poderosa. 

- Buenos días - saludé al acercarme al portón -.

- Bu... buenos días - dijo con voz temblorosa, el portero me miró sorprendido, al parecer no esperaba volverme a ver -.

- Te sorprende verme ¿cierto? - el señor solo asintió - Vengo a hablar con los señores Chinen ¿están en casa?

- Si, si están en casa - respondió - ¿pero para que los necesitas? Joven Takaki.

- Quiero hablar con ellos sobre algo importante.

- ¿Sobre qué? - preguntó curioso el portero -.

- No creo que sea algo que te deba de interesar a ti, pero cuando yo hable con ellos, tarde o temprano lo sabrás - sonreí, finalmente consiguiendo por fin entrar al lugar, bajo la mirada estupefacta del portero -.


- Ryosuke ¿tienes idea de que quiere hablar Keito con nosotros? - preguntó Yuto, quién estaba sentado al lado mío, en una de las tantas bancas que había en ese parque en donde habíamos quedado de encontrarnos -.

- No, no lo sé - suspiré, dejando que la suave brisa recorriera traviesamente mis cabellos -.

- Ya veo - nos quedamos en silencio, a pesar de todo lo que había pasado la noche anterior, se sentía muy extraño el estar ahora juntos, creo que en verdad nos sentíamos muy avergonzados -.

- Lo siento si los hice esperar demasiado - dijo de pronto Keito, al parecer se había venido corriendo ya que respiraba demasiado agitado -.

- No te preocupes acabábamos de llegar - dije esbozando una gran sonrisa al verlo, para luego darle un corto beso en los labios, al cual él correspondió -.

- ¿Se puede saber cuál es el motivo de esta reunión urgente? - preguntó Yuto un poco molesto, por la escena que había visto, al parecer no podía evitar ponerse celoso, eso me hacía muchísima gracia -.

- Primero vamos a un lugar más tranquilo, aquí hay mucha gente - dijo Keito tomándome de la mano y con la otra tomó la de Yuto, empezando a caminar los tres juntos hasta una pequeña cafetería, que era muy poco concurrida a esas horas de la mañana; al entrar nos sentamos en la mesa más alejada del lugar, sentándonos alrededor de ésta -.

- Buenos días ¿qe desean ordenar? - preguntó una de las meseras -.

- Yo solo quiero un café ¿ustedes quieren algo? - dijo Keito, mirándonos a Yuto y a mi -.

- Yo también quiero solo un café - respondió Yuto -.

- Y yo lo mismo.

- En un momento se los traigo - y terminando de anotar lo que pedimos se fue velozmente por ellos -.

- Ahora si ¿de qué quieres hablarnos? - preguntó Yuto, una vez se había ido la mesera - el que nos reunamos así tan apresuradamente no me parece normal.

- ¿Sucede algo? - pregunté un poco confundido -.

- Si, por eso los he reunido hoy aquí - dijo soltando un suspiro, cambiando su semblante alegre a uno de tristeza - me iré a Inglaterra esta misma noche. 

- ¿QUÉ? - dijimos ambos al unísono, aquella noticia nos caía como un balde de agua fría -.

- ¿Cómo que te vas? - pregunté bastante sorprendido -.

- Mis padres quieren que estudie allá, es una decisión ya tomada así que ya no puedo hacer nada - dijo con demasiada tristeza en su voz - lo siento, pero no podré verlos por un buen tiempo.

- No me puedes hacer esto Keito, no después de lo que ha pasado entre nosotros - mis lágrimas comenzaron a salir sin ni siquiera darme cuenta, así que solo siguiendo mis impulsos salí corriendo del lugar, dejándolos a ellos dos ahí -.


- ¡Señorito Yuri! ¡señorito Yuri! - escuché como tocaban fuertemente la puerta de mi habitación, acompañado de unos gritos que me hicieron despertar de mi apacible sueño, así que con desgano fui a abrir la puerta -.

- ¿Qué... qué pasa? - pregunté todavía un poco adormilado -.

- Señorito, baja al primer piso, ni se imagina quién está aquí - dijo la sirvienta que estaba detrás de la puerta -.

- ¿De qué hablas? 

- Ta... Takaki-san está abajo y quiere hablar con los amos.

- ¿Takaki? - me había quedado igual de sorprendido que la sirvienta, así que sin esperar más salí corriendo de mi habitación, hasta llegar a la sala de estar, encontrándome con mi novio sentado en uno de los muebles y mis padres al otro lado de la sala, sentados cada uno en sus respectivos sillones -.

- Yuyan - dije en un susurro casi inaudible -.

- Muy bien señor Takaki, ¿se puede saber el motivo de su venida? ¿Por qué después de tanto tiempo has vuelto? - preguntó de inmediato mi padre, la forma en que hablaba me causaba algo de miedo -.

- Primero que todo señor Chinen, me disculpo por no haber venido antes personalmente a romper el compromiso con su hija y por haber huido de esa manera - dijo haciendo una reverencia -.

- ¿Solo por eso?

- Claro que no, vengo por algo mucho más importante - dijo para después mirarme con esa mirada llena de ternura, haciéndome entender de inmediato el por qué había venido -.

- ¿Y qué es eso tan importante? - preguntó mi padre un tanto ansioso -.

- Vengo a hacer algo, que hace mucho tiempo tuve que haber hecho - dijo mientras se acercaba a mí, tomando mi mano - vengo a pedir, la mano de su hijo en matrimonio - dijo finalmente, besando dulcemente mi frente, haciéndome sonrojar, sentía como si estuviera sobre una nube -.

- ¿Estás bromeando? - dijo mi padre entre sorprendido y enojado - ustedes son hombres, no les permitiré tal aberración - se acercó hacia nosotros, al parecer queriendo separarnos, pero mi madre lo detuvo -.

- Querido no exageres, piensa en lo bueno que sería esta unión - dijo tranquilamente -.

- ¿Qué tiene de bueno esto? - dijo mi padre con confusión, aunque su ira no se iba -.

- Piensa, podríamos por fin disponer de la fortuna de los Takaki, ¿acaso eso no era lo queríamos desde un principio? - dijo finalizando con una sonrisa -.

- Pero esto es inmoral ¿qué pensará la gente? - dijo ya un poco más tranquilo -.

- Eso ya a nadie le importa ¿esto es lo que quieres Yuri? - preguntó mi madre, al mismo tiempo que me abrazaba -.

- Si madre, es algo que he esperado toda mi vida - dije sin poder evitar sonreír -.

- Por favor Takaki-kun, cuida muy bien de mi hijo - hizo una pequeña reverencia -.

- Con gusto lo haré señora - correspondió también con una reverencia -.

- Me alegra oír eso - dijo para después tomar de la mano a mi padre y sin decir nada más salieron de la habitación -.

- Entonces ¿eso quiere decir que es un si? - preguntó mi novio aún un tanto sorprendido -.

- Conozco a mis padres y ellos por dinero aceptan cualquier cosa, pero en este caso me alegro de que sea así  - reímos ante lo sucedido hace unos minutos y después nos abrazamos, estábamos tan felices -.

- ¿Y ahora qué haremos? - preguntó de una manera algo pícara -.

- No sé - dije de la misma manera, acercando mis labios a los suyos, besándonos por fin apasionadamente -.

- Tengo una idea, vamos - y sin más, salimos de la mansión, para rápidamente subir ambos a su auto, no tenía idea de a donde iríamos, pero si estábamos juntos el lugar no importaría mucho -.


- ¿Estás seguro de dejarlo irse así? - preguntó Yuto al ver que Ryosuke se había ido llorando, eso me había roto en pedazos -.

- No puedo hacer nada, mis padres quieren que me concentre solo en mis estudios, así que tampoco me permitirán venir a vacaciones.

- Pero no puedes dejar a Ryosuke así, ve y habla con él - dijo casi en un regaño - por mi no te preocupes, aunque a mi también me afecte demasiado esta noticia, te esperaré el tiempo que sea necesario - dijo para luego besarme dulcemente - ve - y haciendo caso a lo que me dijo, me fui corriendo en busca de Ryosuke, intentaba llamarlo a su celular, pero lo tenía apagado, así que me gasté mucho tiempo buscando en los alrededores y cuando ya estaba a punto de rendirme, como si se tratara de un deja vu, escuché sus sollozos, así que me acerqué a donde provenían y me senté al lado del hermoso chico que estaba llorando debajo de un gran árbol -.

- No quiero verte ¡VETE!

- No me iré hasta que me escuches - dije de manera demandante, logrando que por fin volteara a verme, su rostro estaba empapado de lágrimas, así que sin esperar su aprobación saqué mi pañuelo y comencé a limpiar su rostro, me dolía tanto verlo así -.

- No... es necesario que lo hagas - dijo haciendo un puchero -.

- Te amo Ryosuke.

- Si me amaras, no te irías de mi lado.

- Pero entiende que no es decisión mía, no puedo hacer nada al respecto, justo me dieron la noticia anoche.

- Entonces, ¿te irás? - dijo tristemente, volviendo a caer sus lágrimas en su rostro -.

- Si, pero no será para siempre - dije acercándome más a él, abrazándolo con fuerza - solo serán un par de años, entraré a un internado, así que me será imposible verte a ti y a Yuto.

- ¿Ni por video-llamada?

- Por eso si, pero muy de vez en cuando - dije brindándole una gran sonrisa, a la cual él correspondió -.

- Con que aquí estaban - dijo Yuto quién se tiró sobre el verde cesped, agitado por tanto correr -.

- No era necesario que corrieras, solo con una llamada bastaba para decirte en donde estábamos - reí -.

- Se me olvidó.

- Vaya que si eres tonto - dijo Ryosuke -.

- No soy tonto, bueno, puede que solo un poco, pero no siempre - dijo, sentándose, cruzando los brazos y haciendo un pucherito - además tuve que tomarme los cafés que habíamos pedido y más encima tuve que pagar la cuenta.

- Vale, lo sentimos - dije sin parar de reírme -.

- Me alegro de que ya no estés llorando Ryosuke - dijo Yuto -.

- Creo que exageré un poco la situación.

- No te preocupes, sabemos que eres dramático para todo - dijo Yuto ahora riéndose -.

- Tontos.

- Muy bien ¿y ahora que hacemos? - pregunté -.

- Pues ya que te vas esta noche, podemos hacerte una fiesta de despedida - dijo Ryosuke seductoramente -.

- Eso me encantaría - sin duda esa propuesta me fascinaba -.

- Entonces vamos a mi casa - se levantó Ryosuke de inmediato - mis padres no estarán hoy y podemos aprovechar - dijo pícaramente, tomándome de la mano, ayudándome a levantar, Yuto también hizo lo mismo y nos fuimos los tres, iba a ser duro para mi no verlos en mucho tiempo, pero sin duda regresaría nuevamente con ellos -.


- ¿Aquí vives? - preguntó mi niño al quedar frente de la puerta de mi apartamento -.

- Si - respondí, abriendo rápidamente la puerta y entrando junto con él y sin esperar ni un segundo más comenzamos a besarnos y acariciarnos con desesperación -.

- Yu... Yuya - jadeó mi niño entre besos - hazme el amor, quiero sentirte por completo - dijo separándose de mi, desabotonando poco a poco y con manos temblorosas, la camisa que llevaba puesta, dejando al descubierto su hermoso torso -.

- Pero estás temblando - dije con preocupación - ¿en verdad estás seguro? -.

- No tiemblo de miedo, es que... no puedo creer que esto por fin esté pasando, me siento como en un sueño - sonrió - sé que será doloroso, pero si es contigo, puedo aguantar cualquier cosa.

- Yuri - lo abracé con fuerza - te amo, te amo tanto - lo tomé de la mano y lo llevé hacia mi habitación, recostándolo suavemente sobre la cama - ¿sabes que día es hoy? - pregunté mientras tocaba la piel de su pecho que estaba descubierta -.

- No lo sé - dijo pensativo -.

- Hoy hace 6 años me fui de tu lado- dije algo triste - lo siento, nunca me perdonaré el haberte hecho sufrir - y sin quererlo, mis lágrimas comenzaron a salir -.

- Eso ya pasó - dijo mi niño, al mismo tiempo que se sentaba frente a mi, besando mi rostro, secando mis lágrimas con sus labios - ahora estamos aquí, para terminar lo de aquella vez y comenzar una nueva vida juntos.

Lo besé tan dulcemente, sus hermosas palabras me habían cautivado por completo y en ese momento ya nada más importaba, seríamos uno finalmente. Le quité la camisa, comenzando a acariciar todo su torso desnudo, la textura de su piel seguía siendo tan suave como cuando era un niño y eso realmente me encantaba. 


A diferencia de nuestros encuentros anteriores, esa vez me sentía más nervioso que de costumbre, supongo que era debido a que esa vez legaríamos hasta el final y aunque no quisiera aceptarlo, me aterrorizaba el hecho de que me fuera a doler y que pasara lo de aquella vez, pero tenía que ser fuerte y aguantar. Entrelacé mis dedos en su cabello, estaba succionando con ansias una de mis tetillas, con una de sus manos estiraba el otro, mientras que con la otra acariciaba mi miembro por encima del pantalón, haciéndome gemir sin parar.

- O... onii-chan - jadeé -.

- Me gusta más cuando me llamas por mi nombre - dijo, para después volver a apoderarse de mis labios y abría rápidamente mis pantalones, quitándomelos junto con la ropa interior, dejando mi pene totalmente erecto libre -.

- Yu... Yuya - dije obedeciendo completamente su petición, moviendo mis caderas pidiendo así que me siguiera tocando, pero él solo me miraba - ¿qué pasa? tócame - dije un tanto ansioso -.

- Masturbate - dijo mirándome con perversión -. 

- ¿Eh? ¿por qué? 

- Tómatelo como una venganza por las veces en las que me dejabas en esas condiciones y me tocaba aliviarme solo - dijo sin todavía perder ese tono de sensualidad en su voz - o ¿no puedes?

- Claro que si puedo, lo he hecho muchas veces - dije haciendo puchero, rodeando mi miembro con una de mis manos -.

- ¿Y en quién piensas cuando lo haces?

- Pu.. pues ¿en quién más? - me puse tan rojo como un tomate, ¿qué clase de pregunta era esa? todo eso me hacía avergonzar, pero al mismo tiempo me excitaba tanto que me observara de esa manera -.

- Al parecer tu cuerpo no es lo único que ha crecido, aunque sigue siendo pequeño - dijo burlonamente, refiriéndose a mi parte baja -.

- Me pregunto si todavía entrará entero en mi boca - estaba tan avergonzado por lo que decía que no tenía palabras para reclamarle y sin esperar más, introdujo mi pene en su boca, haciéndome soltar un fuerte jadeo -.

Abría todo lo que podía mis piernas debido al incesante placer que estaba sintiendo, enredando mis dedos entre las sábanas, notando que pronto llegaría el momento de correrme, así que sin avisar lo hice dentro de su boca, seguido de un sonoro jadeo que supuse se había escuchado por todo el edificio.

- Está muy dulce - dijo mientras lamía el rastro de semen que todavía había en mi miembro, me sonrojé por lo que veía, era una imagen demasiado erótica para mi -.

Nos volvimos a besar, él posicionándose sobre mi, sintiendo su duro miembro frotarse con el mío que poco a poco volvía a endurecerse, ansiaba tenerlo dentro pero tenía que esperar un poco más. Lamió sus propios dedos así como lo había hecho con mi pene y llevó sus manos hacía mis nalgas, apretándolas y acariciándolas, acercando uno de sus dedos a mi entrada, introduciéndolo a ésta lentamente. Se sentía igual de extraño a aquella vez, pero no dolía tanto, aunque si era algo incómodo, introdujo un segundo que me hizo soltar un quejido de dolor.

- Tranquilo - dijo preocupado - ya luego te acostumbrarás - susurró en mi oído a lo que yo solo asentí, besándolo nuevamente para distraerme aunque fuera un poco del dolor -.

Introdujo un tercero, pudiendo sentir un poco de placer, pero a la vez un dolor desgarrador, los movía en círculos dentro de mi entrada, haciéndome retorcer debajo de él, tratando inútilmente de quitarle la camisa que todavía llevaba puesta y él al notar eso sacó sus dedos de mi interior y se la quitó dejándome ver ese cuerpo que tanto deseaba, pero la agradable vista se interrumpió al momento en que él me volteó, dejándome boca abajo sobre la cama, pero lo entendí todo cuando sentí la punta de su pene rozar mi entrada.

- Voy a entrar - dijo con esa voz seductora que me volvía loco -.

- Ha... hazlo - dije jadeante y sin esperar más comenzó a introducirlo dentro de mi, pero era tan doloroso que no podía evitar quejarme del dolor -.

- Relájate - me decía con dificultad, volteé un poco mi rostro viendo su rostro lleno de total placer, cosa que hizo que me tranquilizara un poco, pero aún así no dejaba de sentir ese dolor -.


Me moría de ganas de entrar de una sola vez y empezar a embestirlo como loco, pero no podía ser tan egoísta, así que aunque me costara tenía que hacerlo como era debido, causándole el menor daño a mi amado niño, entraba lentamente en su interior, sintiendo esas húmedas paredes alrededor de mi miembro, estrujándolo de una manera exquisita, mientras que con una de mis manos lo masturbaba, nunca antes había sentido una sensación igual. Al entrar completamente en su interior me quedé quieto, esperando a que mi niño se acostumbrara a la intromisión.

- Du...duele mu...cho - decía entrecortadamente, así que repartí besos sobre su espalda, sin dejar de masajear su pene, el cual comenzaba a despertar a cada movimiento que le hacía, esa era una buena señal -.

- ¿Puedo moverme? - pregunté, ya no podía aguantar más, pero necesitaba su aprobación, a lo que él solo asintió y sin esperar ni un segundo más, comencé a moverme lentamente dentro de mi niño, notando como este en sus intentos de no gritar de dolor, mordía la almohada que estaba más cercana a su rostro -.

Seguí moviéndome, disfrutando de cada sensación que me provocaba estar dentro de mi niño, besando cada parte de su cuerpo que tenía a mi disposición, consiguiendo por fin que el que estaba de espaldas debajo de mi soltara unos leves gemidos de placer, ya comenzaba a disfrutarlo y eso realmente me alegraba. Salí de su interior, para luego voltearlo boca arriba y volver a penetrarlo de una sola estocada, ya no podía controlarme más, así que lo comencé a embestir mucho más fuerte y rápido, devorándole los labios en un fogoso beso.


Después de tan incesante dolor, comenzaba a sentir ese placer indescriptible que tanto esperaba, deseaba que fuera más rápido y con solo pedirlo él me lo daba, seguimos así hasta que él se corrió dentro de mí, mojando todo mi interior con su semilla, pero yo quería más; así que apartándolo de encima mío, hice que se acostara sobre la cama y aprovechando que su miembro todavía seguía erguido, me auto penetré con él, llegando hasta el fondo, tocando esa parte que tanto me hacía enloquecer, cabalgando desesperadamente sobre este, viendo la cara de total placer de mi novio.

Nuestros jadeos se escuchaban por toda la habitación, nunca pensé que hacer el amor con quién amaba era tan placentero, nuestros cuerpos encajaban completamente el uno con el otro, Yuya se sentó sobre la cama, dejando nuestros rostros demasiado cerca para después besarnos nuevamente, mientras él volvía a tomar mi pene con una de sus manos y con la otra estiraba una de mis tetillas, yo entrelacé mis brazos alrededor de su cuello, para sentirlo más cerca, sintiendo que pronto me correría y al igual que él, nos corrimos casi al mismo tiempo, cayendo exhaustos sobre la cama.

- Yu...ri te amo - dijo entrecortadamente, sonreí para luego besarlo y responderle -.

- Y...yo tam...bién te amo Yuyan - sonreímos, abrazándonos dulcemente -.

- ¿Quieres comer algo? - preguntó, de repente mientras se levantaba -.

- ¿Vas a cocinar? - pregunté curioso, según recordaba él cocinaba muy bien y no estaría para nada mal volver a probar su comida -.

- Claro que si, pero primero iré a bañarme - dijo al mismo tiempo que besaba con dulzura mi frente, yo me quedé ahí con una enorme sonrisa en mi rostro, por fin estaba con la persona que realmente amaba -.


Estaba pasando un día realmente espectacular con mi novio, me había llevado de compras a comer en cuento lugar me apetecía y como siempre tratándome como el tesoro más valioso del mundo y eso era yo para él. Íbamos juntos en su carro, el cual él mismo conducía y yo estaba en el asiento de copiloto, me decía que tenía una sorpresa más para mi, así que estaba ansioso por saber de que se trataba. Nos detuvimos frente a la mansión de su familia, cosa que se me hacía demasiado extraña.

- ¿Qué hacemos aquí? - pregunté -.

- Aquí te daré la sorpresa - dijo para luego darme un dulce beso en los labios, para después salir del auto y muy amablemente abrirme la puerta de éste para que yo también saliera -.

Nos tomamos de las manos para luego entrar en la mansión, estaba todo tan ordenado como siempre, pero podía escuchar algunas voces muy familiares en la sala de estar y me llevé una gran sorpresa al ver quienes eran.

- ¿Mamá? ¿Papá? ¿qué hacen aquí? - pregunté sorprendido, también en el lugar estaban mi suegro y mis cuñados -.

- Kei-chan nos invitó, nos dijo que tenía un anuncio muy importante que darnos.

- ¿Es eso cierto? - le pregunté a mi novio, quién alegremente asintió -.

- Ya dilo Kei que tengo que hacer cosas importantes - dijo Yabu-san con un poco de fastidio -.

- No te impacientes Kou-chan, ya tendrás tiempo de hacerlas - dijo Yaotome-san un poco ruborizado -.

- Familia, los he reunido aquí para que sean testigos de lo que quiero proponerle a mi novio el día de hoy - volteé mi mirada hacia la de él, me miraba con tanta ternura y con esa delicadeza con la que tanto se ha caracterizado tomó mis manos y se puso de rodillas frente a mi -.

- ¿Qué haces? - había comenzado a sudar debido a los nervios, no entendía absolutamente nada -.

- Arioka Daiki - comenzó a hablar sin despegar sus ojos de los míos - sé que llevamos muy poco tiempo de formalizar nuestra relación y que de pronto esto te parecerá un poco apresurado de mi parte, pero de lo que si estoy seguro desde el día en que te conocí, es que desde ese momento me di cuenta de que tu eres esa persona que tanto estaba esperando y con la que quiero compartir el resto de mi vida, así que... - sacó un pequeño cofre de uno de sus bolsillos - ¿Quieres casarte conmigo? - dijo al mismo tiempo que la abría, dejándome ver un hermoso anillo de plata, con una pequeña esmeralda en el centro -.

-Ke... kei yo... - no podía articular palabra alguna, ¿acaso eso se trataba de un sueño? -.

- ¿Qué dices? - me miraba un tanto ansioso por mi respuesta -.

- ¿Si ves lo que te dije? esto es muy rápido para él - dijo Yabu-san -.

- Si....¡SI! claro que acepto, nada me haría más feliz que ser tu esposo - exclamé al fin siendo besado de inmediato por mi ahora prometido que no cabía de la dicha -.

- TE AMO DAI-CHAN - gritó sin importarle que estuviera nuestra familia alrededor, para luego abrazarme con fuerza -.

- Y YO TE AMO A TI KEI-CHAN - también grité -.

- No hay noticia que me haga más feliz que esta - dijo mi suegro, abrazándonos a ambos a la vez -.

- Hay que organizar todo desde ahora, el pastel, los invitados, la comida, el vestido - dijo mi madre un tanto emocionada -.

- ¿Vestido?

- Claro que si, sabes que siempre quise tener una hija y como eres mi único hijo, quiero que vayas vestido con un hermoso vestido el día de tu boda - dijo bastante ilusionada -.

- Eso tenemos que discutirlo - dije un poco asustado por la petición de mi madre -.

- Sea como sea que vayas vestido, será el más hermoso del mundo - dijo mi prometido, cosa que me hizo sonrojar y pasamos el resto del día hablando de los preparativos para la boda, aunque faltaron dos años para aquello todos se veían demasiado entusiasmados, excepto Yabu-san que se notaba que quería irse, pero Yaotome-san estaba tan feliz hablando con mi madre sobre los preparativo que no le quedaba de otra que esperar, eso me causó mucha gracia, miré a mi prometido quién no podía ocultar la felicidad de su rostro, lo besé dulcemente y nos quedamos ahí escuchando a los demás, al llegar la noche tendríamos nuestro tiempo para celebrar el compromiso -.


Me levanté como pude de la cama, ya que sentía un dolor horrible en mi parte trasera y fui a tomarme una ducha, en verdad que la necesitaba, para luego salir de ésta ponerme la camisa de mi novio, esa era una de las tantas fantasías que tenía, sentir su aroma impregnado en su camisa me hacía sentir muy a gusto. Salí de la habitación, dirigiéndome hacia la cocina, de donde provenía un olor realmente agradable, haciendo que de inmediatamente mi apetito se abriera.

- Huele delicioso - dije mientras me sentaba lentamente sobre una de las sillas del comedor -.

- Estoy preparando ramen - dijo mientras se acercaba a mi - perdón si es muy sencillo pero no tenía más en el refrigerador, casi siempre como afuera - rió -.

- Por mi está bien - sonreí -.

- ¿Te duele mucho? - preguntó preocupado -.

- Un poco - respondí, aunque me doliera horrores no se lo iba a demostrar por que se preocuparía demasiado, así que me acerqué lentamente para besarlo, pero alguien tocaba la puerta - ¿Estás esperando visita? - pregunté-.

- No - dijo extrañado, se dirigió a la puerta y esa voz que tanto detestaba se escuchó de repente -.

- Yuyan, lo nuestro no puede terminar así - dijo sollozando - no acepto que me dejes por una cualquiera - dijo tratando de abrazar a mi novio ¿es que acaso no se rinde? -.

- Si, si puede terminar - dijo bastante enojado -.

- Pero yo te amo - decía con desespero -.

- Yo no te amo, no te amé y nunca te amaré, eres la persona más despreciable que conozco, en primer lugar no fui yo el que te propuso matrimonio, sino que fuiste tú la de la idea.

- Pero aceptaste casarte conmigo.

- Lo hice por que en esos momentos no tenía otra opción y no tenía la oportunidad de estar con quién amo y ahora no pienso cambiar eso por ti - era la primera vez que veía a Onii-chan tan enojado, se le notaba la furia en su mirada -.

- Pero... dirigió su mirada hacía donde yo estaba, al parecer no se había dado cuenta de que yo estaba ahí mirándolos discutir, me miró de pies a cabeza, creo que el verme así vestido no le agradó para nada - ¿y éste que hace aquí? - preguntó con desprecio -.

- Eso a ti no te importa, así que vete - dijo tratando de sacarla, pero ella era tan insistente -.

- Ya entiendo todo - dijo sin quitarme la mirada de encima - él es tu amante ¿cierto? ¿por esto me cambias?

- ¿Cambiarte? - rió - yo no te cambié, no me hagas reír, tu a Yuri no le llegas ni a los talones, él es muchísimo mejor que tu en muchos aspectos y ¿sabes qué? YO LO AMO.

- No puedes estar hablando en serio, es solo un mocoso, tú lo que necesitas es una mujer de verdad - se acercaba seductoramente a mi novio, eso me hacía rabiar, quería detenerla pero él lo hizo primero -.

- Haru-chan, si tienes un poco de dignidad, vete.

- Esto no se va a quedar así, haré que todos se enteren que te revuelcas con un menor de edad.

- Pues ya se te adelantaron, nuestras familias ya lo saben y están totalmente de acuerdo y ¿sabes otra cosa? ahora él es mi prometido y nos casaremos cuando ya sea mayor de edad - me sonrojé por lo que decía ¿casarnos? nunca había pensado en ello, pero si era con él, con gusto aceptaría -.

- Me das asco - dijo finalmente para después irse del apartamento, se veía bastante enojada, Yuyan cerró la puerta y se acercó a mi, para abrazarme -.

- ¿Crees que volverá a molestarte? - pregunté -.

- No lo creo, ella es muy orgullosa, pero si trata de ponerte un solo dedo encima, se las verá conmigo - me sonrió y juntamos nuestros labios, pero el momento se dañó cuando mi estómago enpezó a rugir por el hambre que tenía -.

- Vamos a comer - dijo mi Yuyan, besando mi frente, para luego ir a la cocina, lo seguí y volví a sentarme en la silla que había ocupado antes - Yuri ¿te gustaría quedarte esta noche aquí? - preguntó al mismo tiempo que ponía los dos platos de ramen sobre la mesa -.

 - Pero mañana tenemos que ir al Instituto y contigo cerca no podré dormir - dije al mismo tiempo que me ruborizaba al pensar en lo ocurrido hace unas horas -.

- Pues no vamos, quiero pasar todo el día contigo - sonrió y me besó de manera demandante - además hay cosas que todavía tengo que enseñarte - me miró pervertidamente, yo sonreí de la misma manera -.

- Pero primero comamos que no puedo hacer nada con el estómago vacío - dije empezando a comer, Yuyan rió e hizo lo mismo, no cambiaría por nada cada momento que pasaba con el amor de mi vida -.


- Keito, te extrañaremos mucho - decían Ryosuke y Yuto entre lágrimas, mientras me abrazaban y todos en el aeropuerto nos miraban raro -.

- Yo los extrañaré mucho más, al menos se tendrán el uno al otro.

- Pero sin tí nada será igual - dijo Ryosuke -.

- Lo sé, pero les prometo que volveré, solo serán dos años.

- Pero se me harán eternos - dijo Yuto -.

- Yuto... - escuché como comenzaban a llamar a los pasajeros de próximo vuelo a Londres y con tristeza me tuve que separar de ellos - ya es hora de irme.

- Trata en lo posible de comunicarte con nosotros - dijo Ryosuke -.

- Trataré - lo bese dulcemente, extrañaría tanto la sensación de sus labios -.

- Cuídate - dijo Yuto, a quién también besé -.

- Cuídense muy bien entre ustedes, los amo - fue lo último que dije antes de comenzar a alejarme de ellos -.

- Nosotros también te amamos - dijeron al unísono, sonreí, para luego comenzar a llorar al igual que ellos, los extrañaría demasiado, pero de algo si estaba completamente seguro, algún día volvería por ellos -.



FIN