7/7/16

Father's Love

Buenas noches a tod@s.
Hago esta entrada rápida para publicar por fin el capítulo 23 XD
En verdad estoy muy feliz por todo el amor que recibe éste fic por parte de ustedes :')
Así que espero que lo disfruten, muchas gracias por sus comentarios y como siempre, éste fic va dedicado a mi querida Mari :3 <3


Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan


Capítulo 23

*Hikaru*

Siento algo húmedo y rasposo pasar por mi mejilla mientras todavía sigo dormido, será que Keito… No, espera, no estoy en su casa y además su lengua no es tan áspera, es más bien suave y agradable… Otra vez esa sensación, creo que no es tiempo para pensar en mi novio cuando algo o alguien están interrumpiendo mi descanso, así que lentamente abro mis ojos.

- Nya, nya.

- ¡Papá! ¡Papá! – Exclamo asustado, levantándome rápidamente de mi cama y corriendo hasta la habitación de mi padre.

- ¿Qué pasa Hikaru? ¿Por qué gritas así?

- Un… un…

- ¿Un qué? – Pregunta desesperado.

- Un gato, había un gato sobre mí en la cama – digo totalmente asustado, nunca me han gustado los gatos o más bien me causan horror, no puedo ni verlos en la televisión.

- ¿Un gato? – Pregunta confuso.

- ¿Qué fueron esos gritos? – Pregunta Uchi-san algo agitado, entrando a la habitación de mi padre.

- Dice que había un gato en su cama – responde mi papá.

- Pero si es solo Mii-chan – dice tomando a la bestia entre sus brazos – de seguro dejé la ventana abierta anoche – dice sonriente.

- No sabía que tenías un… eso – digo escondiéndome detrás de mi papá, hasta decir esa palabra me causa malestar.

- De hecho Mii-chan es mío – dice mi papá apenado.

- ¿Cómo que es tuyo? – Pregunto con sorpresa.

- Uchi-san y yo lo vimos en la calle y decidimos quedarnos con él, pero debido a tu temor hacía ellos decidimos que se quedara en su apartamento.

- Lamento mucho que te incomodara – dice Uchi-san.

- Al menos me lo hubieran dicho – digo todavía escondido detrás de mi papá.

- Si quieres podemos darlo en adopción – dice mi papá.

- No hace falta que hagan eso, odio a los gatos, pero tú los amas papá – digo abrazándome a su espalda, por más molestia que me causen esas criaturas, quiero permitirle esa alegría a él.

- ¿Puedo tenerlo? – Pregunta con algo de ilusión en su voz.

- Si, pero que se siga quedando en el apartamento de Uchi-san y que no salga si es posible – digo firmemente, viendo como mi papá se voltea para abrazarme.

- Gracias Hikaru – dice alegremente, soltándose del abrazo para luego tomar a la cosa esa, dándole besitos que me causan algo de repulsión.

- Ya llévenselo antes de que me arrepienta – digo viendo como ambos salen apresurados de la habitación, mientras que yo me dirijo nuevamente a la mía, todavía es temprano para ir al Instituto y tengo que conseguir tranquilizarme.


*Shibutani Subaru*

- ¡Subaru-chan! ¡Subaru-chan! – Exclamaba Ryo-chan mientras corría hacía mí.

- ¿Ryo-chan? ¿Pero qué te pasó? – Pregunté preocupado, sosteniéndolo fuerte entre mis brazos.

- Subaru-chan ¿Soy feo? – Preguntó separándose un poco de mí, dejándome ver su rostro bañado en lágrimas.

- ¿Eh? ¿Pero qué clase de pregunta es esa? ¿Quién te ha dicho tal cosa?

- Unos niños en el parque me lo han dicho – dijo con tristeza, abrazándome con más fuerza.

- ¿Y te lo has creído?

- ¿No piensas que soy feo? – Preguntó con esa inocencia que hacía algún tiempo me comenzaba a enloquecer.

- Por supuesto que no, eres un niño muy lindo – dije tomando con mis manos su rostro.

- Sólo lo dices porque eres mi amigo – dijo con un adorable puchero, haciendo que mi corazón comenzara a palpitar mucho más rápido ¿pero no se supone que solo debería de sentir esto por las chicas?

- Lo que te digo es la verdad… - me acerqué levemente a su rostro, besando su mejilla – eres el niño más lindo del mundo.

- Gracias Subaru-chan – dijo alegremente, besando también mi mejilla, haciéndome sentir un extraño pero a la vez agradable cosquilleo en mi estómago.

- Eres precioso Ryo-chan – digo en un susurro, acariciando sus cabellos.

- No digas eso – dice avergonzado.

- Pero si antes te gustaba que te lo dijera – sonrío tomándolo de la cintura, nos encontramos en nuestra oficina en el restaurante, pronto abriremos pero quiero aprovechar cualquier momento con él.

- Subaru... - suspira al sentir mis labios sobre su cuello y mis manos sobre su trasero, me he contenido por tantos años, que ahora que lo tengo no quiero dejar de sentirlo.

- Solo quiero tocarte un poco.

- Podríamos esperar hasta la noche.

- ¿Acaso no te gusta el sexo en la mañana? – Pregunto disfrutando de ver su rostro completamente sonrojado.

- Si es contigo si… pero estamos en el trabajo y alguien nos puede ver, mejor esperemos hasta la noche – dice mirándome con esos ojitos que no me puedo contradecir a ellos.

- Está bien – suspiro profundo – pero no te soltaré ésta noche, que te quede claro – digo volviéndolo a besar, adentrando mi lengua en su boca, mientras masajeo con fuerza sus nalgas, me será muy duro aguantar hasta la noche.


*Keito*

- Hikaru ¿qué te pasó? – Le pregunto preocupado a mi novio, se ve muy pálido.

- No es nada grave.

- ¿Fue otro gato de nuevo?

- Ni siquiera lo nombres – dice abrazándome fuerte, siempre que ve uno se pone así, pero ésta vez lo veo un poco peor.

- ¿Quieres que haga algo por ti?

- Sólo bésame – dice acercando su rostro al mío, pero nos encontrábamos en los pasillos y los demás estudiantes pasaban apresurados a sus salones, así que lo tomé de la mano y nos fuimos juntos hasta uno de los baños, en dónde al estar ya dentro nos besamos, quedando entre la pared y mi novio, sintiendo cómo su cuerpo comenzaba a relajarse y su rostro a tener algo más de color.

- ¡Murakami-kun! ¿Qué le estás haciendo a Keito-kun? – Pregunta Maru-sensei viéndonos con los ojos totalmente abiertos.

- No es lo que parece – dice Hikaru apenado, volviendo a ponerse pálido.

- ¿Cómo qué no es lo que parece? Si te vi abusando de Keito-kun – dice con una clara molestia en su rostro - ¿Estás bien? ¿Te hizo daño?

- Maru-sensei, Hikaru no me estaba haciendo nada malo – digo tranquilamente, verlo así me causa bastante gracia.

- Pero si acabo de ver que te tenía contra la pared.

- Bueno, eso es porque Hikaru y yo somos novios y estábamos dándonos algo de cariño, por favor no pienses que me estaba haciendo algo malo – digo con la misma tranquilidad.

- ¿Es eso cierto? – Pregunta fulminando con la mirada a Hikaru, a lo que él solo asiente temeroso – está bien, pero tengan más cuidado con sus demostraciones de cariño, no quiero que te metas en problemas Keito-kun – dice sonriente.

- No te preocupes Maru-sensei, tendremos más cuidado – digo también sonriente.

- Y Murakami-kun, espero que tus intenciones con Keito-kun sean buenas, porque de no ser así, te las verás conmigo, no perdonaré que le rompas el corazón – dice mirándolo nuevamente de esa manera fulminante.

- No lo hará, te lo aseguro – digo sin dejar de sonreír.

- Si te hace daño no dudes en decírmelo – dice revolviendo suavemente mis cabellos – ahora vayan a su salón que pronto empezarán las clases – dice finalmente, mientras que Hikaru y yo salimos rápidamente de ahí.

- ¿Qué fue eso? – Pregunta mi novio sin salir todavía de su shock.

- Ya que no tienes suegro celoso, al parecer te tocó el profesor celoso – digo soltando una carcajada.

- Que día más horrible – suspira pesadamente.

- Tranquilízate, más tarde te lo compensaré – digo dándole un fugaz beso en la mejilla, entrelazando mi mano con la suya y así seguir caminando hasta nuestro salón de clase.


*Ryosuke*

- Ryosuke de verdad que no te entiendo – dice Fuma acercándose a mí que estoy sentado en mi pupitre.

- ¿Qué no entiendes? – Pregunto confundido.

- Cuando estaba Yuto en éste Instituto te la vivías enojado, cuando se fue seguías enojado y ahora de la nada estás de lo más feliz, tanto que hasta puedo visualizarte saltando en un campo de girasoles ¿se puede saber qué rayos te está pasando?

- ¿Se murió? – Dice Kento con espanto – bueno, ese es el único motivo por el que supongo de que estés feliz.

- Nadie se ha muerto – digo con reproche.

- ¿Entonces por qué estás tan feliz? – Pregunta Kento nuevamente.

- No se los diré – digo sonriente.

- Vamos, dinos – dicen haciendo cara de cachorrito, pero no quiero responderles nada, así que hago caso omiso a sus preguntas, pensando en que pronto será el cumpleaños de Yuto y quiero darle algo especial para ese día.


*Maruyama Ryuhei*

- Maruyama-san, por favor, no huyas de mí – dice Aiba-san caminado detrás de mí.

- No estoy huyendo – digo tratando de caminar lo más rápido posible, no quiero tener a amigos de ese idiota cerca.

- Pero a dónde yo llego tú te vas de inmediato o si me ves ahí también te vas.

- Eso no es asunto tuyo, yo decido estar en dónde quiera.

- Deja de evitarme, no soy tu enemigo – dice tomándome del brazo, haciendo que me detuviera.

- Lo eres desde que me enteré que eres su amigo, no tengo nada que hablar contigo – digo tratando de apartarme pero su agarre se hizo más fuerte.

- Lo que haya pasado entre Yoko-chan y tú, es solo asunto de ustedes.

- ¿Y tú qué sabes de lo que pasó entre nosotros?

- Lo sé todo y con lujo de detalles – el que diga eso me hace enojar ¿cómo se atrevió a contarle a otra persona?

- De seguro ese idiota te lo contó todo riéndose de cómo se había burlado de mi – digo molesto, sintiendo unas ganas inmensas de llorar.

- No creas que solo soy un simple amigo para él – dice mirándome de manera seria ¿es acaso su pareja? ¿Por qué me duele tanto pensar en eso? – Él es mi mejor amigo y lo conozco desde antes de que tú lo hicieras.

- ¿Y por qué nunca me habló de ti?

- ¿Nunca te habló de mí? Ah, ese desconsiderado.

- Bueno, eso no importa, igual no quiero nada que ver contigo, de seguro fuiste tú quién le dijo que yo estaba trabajando aquí – digo serio.

- Yo no le dije nada, simplemente esperé a que el destino actuara por sí solo.

- Tal parece que fantaseas mucho.

- Tal vez así sea - sonríe con alegría – pero en verdad no quiero entrar en conflicto contigo y menos por algo que no me incumbe plenamente.

- Lo pensaré, pero no te prometo nada.

- Muchas gracias Maru-chan – dice con notable alegría.

- Yo no te he dado permiso de que me llames así – digo molesto.

- Pronto lo harás – dice alegremente – nos vemos más tarde – dice comenzando a caminar por el sentido contrario al mío ¿por qué me tiene que estar pasando esto a mí?


*Keito*

Estoy en mi habitación practicando con mi guitarra, dejándome llevar por las melodías que saco de ella, hacía una hora que Hikaru se había ido, luego de haber hecho el amor conmigo lo que quedaba de la tarde, había sido un día bastante duro para él, debido a lo del incidente con el gato y el sorpresivo encuentro con Maru-sensei en los baños, pero aun así no he podido estar más feliz con eso, además cada día mi relación con Hikaru se fortalece y ya pronto llegarán las vacaciones de verano, así que tendremos mucho tiempo para los dos y también para investigar.

- Joven Keito, ¿puedo pasar? – Pregunta Ayumi-chan fuera de mi habitación.

- Sí, claro – contesto, dejando mi guitarra sobre mi cama.

- Perdón por interrumpirlo en su ensayo.

- No te preocupes, de todos modos ya iba a terminar ¿y a qué has venido?

- Ah, cierto, Inagaki-san está esperándolo en la sala de estar.

- Dile que venga hasta acá, es algo privado lo que tenemos que hablar – digo viendo cómo sale rápidamente de mi habitación.

- Con su permiso Joven Keito – dice Ingaki-san entrando a mi habitación, cerrando la puerta tras de él.

- ¿Pudiste averiguar algo? – Pregunto de inmediato, sintiendo una gran ansiedad recorrer mi cuerpo.

- Efectivamente Joven, pero no es mucho lo que pude averiguar – dice con algo de decepción en su voz.

- Sea lo que sea que hayas averiguado será de gran ayuda – digo sonriente - ¿Y qué encontraste?

- Bien, por lo que pude averiguar Maruyama-san trabajó en la empresa de su abuelo hace 27 años en Osaka.

- ¿En Osaka? – Pregunté un poco sorprendido, pero pensándolo bien, la empresa se fundó allá y  Maru-sensei viene de Kyoto así que tiene algo de sentido – Entonces eso quiere decir que él y mi padre se conocen.

- Si, de hecho por lo que pude investigar ambos eran muy buenos amigos.

- ¿Solo amigos? – Pregunto, no muy seguro de que respuesta espero recibir.

- Si, supongo, eran muy cercanos, bueno, eso fue hasta que renunció después de haber trabajado ahí por más de 4 años.

- ¿Y por qué renunció?

- Pues según el informe que dio, decidió dejarlo para centrarse en sus estudios.

- Ya veo – digo soltando un suspiro de decepción.

- Lamento mucho si no es lo que usted está buscando – dice haciendo una reverencia en modo de disculpa.

- No te preocupes, hiciste un buen trabajo – digo acercándome a mi mesita de noche, tomando un sobre – éste es el pago por tu trabajo – digo extendiéndoselo, siendo tomado por él.

- Gracias Joven, pero en verdad siento no haber sido de mucha ayuda.

- No digas eso, está bien, todo esto me motiva más a investigar – digo sonriente - así que no le digas nada a mi Papá de esto.

- No se preocupe, no diré nada.

- Gracias.

- Me retiro entonces Joven, cualquier cosa que necesites sabes que puedes llamarme – dice reverenciándose nuevamente.

- Lo haré, hasta luego – digo viendo como él sale por la puerta de mi habitación - creo que tendré que investigar con la fuente directa – digo tumbándome sobre mi cama, buscando el valor y el momento preciso para preguntárselo a mi Padre.


*Nishikido Ryo*

- Subaru… Subaru… - susurraba el nombre de mi amigo que se encontraba dormido, mis padres habían salido esa noche, así que me habían dejado en casa de su familia.

- Que… ¿Qué pasa Ryo-chan? – Preguntó adormilado.

- Subaru, tuve una pesadilla ¿puedo dormir contigo? – Dije suplicante, a lo que él sólo asintió y se corrió un poco para dejarme espacio en su cama – muchas gracias – dije sonriente abrazándome a su cuerpo, pero no podía dormir, así que me quedé viendo el rostro durmiente de mi amigo por largo rato.

Desde aquella vez que dijo en la escuela que cuando creciera quería casarse conmigo, mi corazón no había dejado de latir intensamente al tenerlo cerca y justo en esos momentos lo sentía así, como si en cualquier momento se fuera a salir de mi pecho, pero no podía sentir esto por él, sabía que estaba mal, aunque la verdad no entendía por qué tenía que ser así, si ambos nos queríamos ¿por qué no podíamos estar juntos de esa manera?

- Te quiero – dije en un susurro, acercando mi rostro demasiado al suyo, sintiendo su respiración chocar con la mía y sin dudarlo un segundo lo besé, un beso dulce que duró apenas unos segundos, pero sin lugar a dudas fue el mejor de toda mi vida.

- ¿En qué piensas tanto? – Pregunta Subaru al verme tan sumido en mis pensamientos.

- Es un secreto – digo abrazándome a él, posicionándome encima de su cuerpo.

- ¿Y no puedo saberlo?

- No, por eso es un secreto – digo acariciando su pecho.

- ¿Quieres más? – Pregunta de manera traviesa, haciéndome sonrojar.

- Te mentiría si te dijera que no, pero tengo que volver a casa – digo pesadamente, levantándome de la cama para buscar mi ropa que se encuentra en el suelo.

Al ya estar vestidos nos dirigimos hacia nuestros respectivos hogares, dándonos apasionados besos a escondidas durante el recorrido.

- Nos vemos mañana – dice Subaru acariciando mi mano que está entrelazada con la suya.

- Hasta mañana – digo soltándome lentamente, no quiero hacerlo, pero es lo que nos toca hacer por ahora.

Camino lentamente hasta la puerta de mi casa y entro cuidadosamente, tratando de hacer el menor ruido posible, pero noto que la luz de mi habitación sigue encendida a pesar de lo tarde que ya es, respiro profundo y camino igual de lento hasta ella.

- Pensé que dormías – digo al entrar a la habitación, viendo a mi esposa sentada en la cama con un libro en sus manos.

- Estaba esperándote, hace mucho que no estamos juntos – dice levantándose de la cama, caminando provocativamente hacía mí.

- Chihiro, estoy muy cansado – digo tratando de evadir su tan notorio acercamiento y a cambio de eso veo su rostro fruncirse.

- ¿Se puede saber qué es lo que te pasa? – Pregunta molesta.

- No me pasa nada, solo estoy cansado.

- Llevas diciéndome lo mismo desde hace semanas y si no es eso es alguna otra excusa para evitar estar conmigo ¿es qué acaso ya no me amas? ¿O es que ya tienes a otra? - Pregunta molesta pero a la vez adolorida, me entristece verla así, pero la verdad es que nunca la he amado, no la veo como algo más que la madre de mi adorado hijo y quizás éste no sea el momento indicado, pero tengo que hacerlo, tengo que acabar con toda ésta vida de mentiras.

- Quiero el divorcio.

CONTINUARÁ...