30/8/16

Father's Love

Buenísimas tardes a todo el mundo :3
Es un completo milagro publicar dos capítulos de éste serial en el mismo mes, pero bueno, no sé si se vuelva a repetir, pero sé que ustedes esperan con ansias éste hermoso serial y eso es algo que me pone muy feliz, muchas gracias por su apoyo y los hermosos comentarios :3
Y cómo siempre, éste fic va dedicado a mi querida amiga Mariandrea <3
Que lo disfruten ;3


Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan


Capítulo 25

*Yasuda Shota*

- Yoshi – lo nombro al salir del baño ya con mi pijama puesta.

- ¿Sí?

- ¿Ya hiciste las reservas en el hotel?

- Si, ya las hice, pero casi que no consigo habitaciones disponibles, dejamos pasar mucho tiempo para hacerlas.

- Teníamos que esperar si cuadraban nuestras vacaciones para hacer las reservas y me alegro mucho de que todo haya salido bien – digo acostándome al lado de mi esposo, siendo rodeado por sus brazos.

-Nuestras primeras vacaciones en familia – dice Yoshi abrazándome con más fuerza.

- La primera de muchas – digo sonriente, ladeando un poco mi rostro para besarlo - ¿crees que le gustará a los niños?

- Claro que les gustará, sobre todo a Yuya, es uno de sus lugares favoritos y el mío también.

- ¿Por qué? – Pregunto al ver que su rostro se torna triste.

- Allí fue donde conocí a mi esposa, en unas vacaciones cuando fui con mi familia, éramos muy jóvenes todavía, pero sabíamos desde ese momento que éramos el uno para el otro – dice mientras acaricia mi cabello.

- En verdad que es muy especial – digo sintiendo cierta tristeza en mi interior.

- ¿Y dónde conociste a la tuya?

- En el Instituto – suspiro nostálgico – se me declaró un día de San Valentín y no dudamos en casarnos después de graduarnos, nuestros padres se negaron al principio, pero no demoraron en aceptar.

- Después de que ella murió, nunca pensé que me enamoraría de nuevo, pero al verte a ti en ese grupo de ayuda, supe que estaba muy equivocado al pensar aquello – ríe abrazándome con ternura, acomodándose poco a poco sobre mí.

- Yo también pensé lo mismo cuando te vi.

- ¿Y si el hilo rojo del destino siempre había estado atándonos? – Pregunta besando mi frente.

- Eso es muy cursi – río divertido – ¿no crees que ese tipo de cosas debería de decirlas yo?

- Pero puede ser una posibilidad, además ¿qué tiene de malo ser cursi de vez en cuando?

- Ninguna, de hecho, me gusta – sonrío dándole otro beso – igualmente será la primera vez para Yuri y Ryutaro, nunca antes habíamos ido allá.

- Les encantará, no te preocupes

- Entonces les daremos la noticia mañana durante la cena.

- Eso suena bien – dice ahora dirigiendo sus labios a mi cuello – quiero hacerlo – suspira frustrado - pero cada vez que te toco tengo miedo de que entre Ryutaro por la puerta y nos vea – aquel comentario ha hecho que bote una carcajada – no te rías.

- Es que yo también siento el mismo temor, es frustrante, no deberíamos de estar pagando hotel, teniendo una casa para hacer el amor a gusto – digo sin poder aguantar mi risa, por más frustrante que sea, no puedo negar que se me hace muy divertida nuestra situación.

- Me desquitaré cuando estemos allá – dice quitándose de encima, abrazándome fuertemente por la espalda, tomando la posición de cucharita.

- No creo poder aguantar tanto.

- Yo tampoco – vuelve a suspirar con resignación – ¿mañana después del trabajo te importaría si vamos a uno?

- Creo que si podré aguantar hasta mañana – río nuevamente, tratando de dormir y de que se me baje un poco la calentura.


*Yuri*

Camino lentamente y sin hacer mayor ruido a la habitación de mi novio, aprovechando que mis padres ya están dormidos y que mi hermano a pesar de no estar de acuerdo con casi nada en la vida, ya ni se molesta en decirme algo sobre mi relación. Llego hasta la puerta tomando la perilla entre mis manos y de un solo movimiento la abro, asomo mi cabeza por ésta, viendo a mi Yuyan durmiendo plácidamente sobre su cama.

- Se ha quedado dormido – susurro acercándome a él, sentándome sobre el borde de la cama, acariciando su rostro, cuidando de no despertarlo.

Hemos estado un poco distanciados últimamente a causa de los exámenes finales y ésta vez el cansancio le ha ganado mientras me esperaba, beso delicadamente su frente al mismo tiempo que me arrodillo en el suelo, apoyando mis brazos sobre el borde de la cama.

- Pensé que no vendrías – dice haciéndome estremecer del susto.

- Yo pensé que dormías.

- No estaba durmiendo, solo estaba descansando los ojos – dice haciendo puchero.

- Mentiroso – digo sonriente, besándolo ahora en los labios.

- No puedo dormir bien sin mi beso de buenas noches – dice sonriente - ven, acuéstate a mi lado - dice corriéndose un poco para hacerme espacio en la cama y sin dudarlo me acuesto a su lado, siendo rodeado por sus brazos – aunque ésta noche quiero más que eso – dice besándome de manera un poco más demandante.

- ¿Más que eso? – Pregunto fingiendo inocencia, mientras rodeo su cuello con mis brazos, apegándome más a su cuerpo.

- ¿Puedo tocarte de manera indecente? – Pregunta sonriendo con picardía, posicionando sus manos por debajo de la camisa de mi pijama.

- ¿Puedo hacerlo yo contigo? - Reímos al notar la situación en la que estábamos, pidiendo permiso para hacer algo que con tantas ganas hemos esperado hacer – pero solo acariciarnos, si hacemos algo más, creo que despertaríamos a todos en la casa.

- Guarda esos gritos para cuando estemos solos – dice comenzando a besarme, tocando con desespero mi torso, mientras que yo me posiciono encima de él, moviendo mis caderas al sentir cierta dureza en su entrepierna rozando con la mía, jadeando entre besos para no ser escuchados – Yuri... – susurra deteniendo mis movimientos al posar sus manos sobre mis caderas - quédate ésta noche conmigo – sonrío de felicidad al escuchar tan bella propuesta, volviendo a lo que estaba haciendo segundos antes, dejándonos llevar por el gran deseo y amor que nos tenemos.


*Murakami Shingo*

- ¿Piensan ir a algún lado en éstas vacaciones? – Pregunta Uchi, mientras desayunamos en mi apartamento como se ha hecho costumbre.

- No, mi papá dice que es un gasto innecesario – dice Hikaru, recibiendo luego un  palmetazo en la cabeza de mi parte – Auch… ¿Pero qué?

- Por grosero – digo molesto.

- Pero no he dicho nada que no sea cierto – dice sobándose la cabeza – deberías aceptar que eres un tacaño – dice para luego esconderse detrás de Uchi.

- No soy tacaño, soy una persona ahorrativa, que es muy diferente; mejor ve por tus libros, tenemos que irnos.

- Ya voy, ya voy – dice yendo rápidamente hasta su habitación.

- Tengo celos de Mii-chan, con él si no eres tacaño – dice haciendo puchero.

- ¿También me vas a molestar por eso?

- Sólo estoy bromeando – dice sonriente, levantándose de su silla para acercarse a mí y darme un beso en los labios – espero que te vaya muy bien en el trabajo – dice para luego darme otro beso.

- Bien, vámonos – dice Hikaru de repente, haciendo que nos separemos estrepitosamente - ¿Qué pasó?

- Es que Murakami-san tenía una mugre en el ojo y le estaba ayudando a quitárselo – dice Uchi nerviosamente, se ve tan lindo cuando se pone así.

- Sí, una mugre en el ojo, gracias por tu ayuda Uchi-san – digo rápidamente.

- Fue un placer – dice sonrojándose un poco.

- Hikaru, ve adelantándote, ya voy y te alcanzo.

- Está bien, nos vemos en la noche Uchi-san – dice Hikaru despidiéndose alegremente.

- Hasta la noche Hikaru – dice Uchi-san también con la misma alegría.

- Uchi – digo tomando las manos de mi novio – quizás y nunca vaya a ningún lugar en especial para vacacionar, pero éste año, pasaré las mejores vacaciones de mi vida, porque tu estas a mi lado – digo finalmente, volviendo a juntar mis labios con los suyos y luego sin decirnos nada más, salgo de mi apartamento alcanzando a mi hijo en el camino, sintiendo una enorme felicidad dentro de mí.


*Ryutaro*

Tantas demostraciones de cariño me dan asco, en verdad no entiendo cuál es la necesidad de estar casi todo el tiempo con una persona ¿es qué acaso no se aburren de verse todos los días? ¿Y más cuando viven en la misma casa? No pude dormir bien pensando en las cochinadas que estaría haciendo mi hermano con el bobo de su novio ¿es que acaso no tiene vergüenza? Sé muy bien que por las noches se escabulle al cuarto de él, pero siempre llegaba como a la hora, pero lo de anoche no tiene nombre.

- Al parecer se levantaron con muy buen humor – dice el otro idiota, como si todo esto fuera lo más normal del mundo.

- Me dan nauseas – digo asqueado.

- Están enamorados, déjalos disfrutar.

- Yo no pedí tu opinión – digo fulminándolo con la mirada.

- Pues yo tampoco pedí la tuya – dice levantándose de la silla – yo me iré adelante ¿quieres que te espere en la estación?

- Si, en seguida voy – dice el bobo, mientras abraza a mi hermano y el idiota sale de casa - ¿quieres que pase por ti a la salida del Instituto?

- Eso me encantaría – dice mi hermano embobado.

- Entonces te veré allá, te amo.

- Yo también - dice mi hermano, besándolo nuevamente y con esa sonrisa de estúpido su novio sale de la casa.

- Deberíamos de irnos también, se nos va a hacer tarde – digo totalmente fastidiado de lo que he tenido que presenciar, tomando mi mochila y caminando hasta la puerta.

- Ryu espérame – dice Yuri alcanzándome enseguida - ¿todavía sigues enojado?

- Yuri ¿cómo quieres que no lo esté? Pasaste toda la noche con él haciendo quién sabe qué cosas ¿qué hubiese pasado si los descubren? – Digo muy molesto.

- Sólo nos dimos unos cariñitos – dice desbordante de felicidad – además tratamos de hacer el menos ruido posible para no molestar a nadie – dice abrazándome.

- Suéltame – lo alejo un poco – tanta cursilería me horroriza.

- No dirás lo mismo cuando te enamores.

- Si llega a suceder eso, me moriré del asco.

- No seas exagerado – dice ahora tomándome del brazo, caminando juntos hasta el Instituto, esperando encontrarnos a Yuto en la entrada, como siempre, pero no estaba allí.

- Que raro ¿le habrá pasado algo? – Pregunta Yuri mirando a todas direcciones.

- ¿Y si está enfermo? – Pregunto preocupado.

- Voy a llamarlo – dice mi hermano sacando el móvil de su bolsillo – no contesta – suspira resignado.

- Espero que no haya pasado nada grave.

- A lo mejor tuvo un problema familiar o algo, después le preguntaremos – dice mi hermano volviendo a meter su móvil en el bolsillo, en verdad espero que esté bien.


*Yuya*

- Por fin, vacaciones – digo emocionado al salir de la última clase del día, dándome justo el tiempo perfecto para ir por mi novio al Instituto.

- Yuya ¿ya te vas? – Pregunta uno de mis compañeros.

- Si ¿por qué?

- Es que vamos a ir todos al karaoke y nos preguntábamos si querías ir con nosotros.

- Lo siento, pero pasaré el resto de la tarde con mi novio.

- Entiendo, nos veremos después entonces, que te vaya muy bien en tu cita – dice con una sonrisa.

- Lo mismo para ustedes, hasta luego – digo agitando mi mano en modo de despedida.

No he dejado de pensar en lo sucedido anoche con mi adorable novio, en sus besos, sus caricias, sus palabras de amor, su forma tan apetecible de mover sus caderas, ok ya, si sigo pensando en eso se me va a despertar el amigo y eso no es bueno, al menos no por ahora, pero en conclusión, nunca en mi vida había estado tan feliz, lo amo demasiado.

- ¡Yuyan! – Exclama él casi corriendo al verme acercarme a nuestro lugar de encuentro, abrazándome fuertemente.

- Te he extrañado mucho – dice haciendo puchero.

- Yo también y no sabes cuánto – digo estrechándolo un poco más a mi cuerpo.

- ¿Y tú hermano? – Pregunto extrañado al no verlo.

- Ya se fue, dijo que ya había visto demasiado por hoy – sonríe - ¿a dónde me llevarás hoy?

- Estaba pensando en ir al cine o quizás… - digo acercando mi rostro al suyo, rozando nuestros labios – quisieras que termináramos lo de anoche – susurro para luego besarlo de manera apasionada.

- Me encantaría lo segundo – dice totalmente sonrojado – pero hoy tengo que hacer la cena, así que tenemos que llegar temprano – dice con desilusión.

- Bien, al cine entonces – digo también decepcionado.

- No te pongas así – dice tomando mi rostro con sus manos, dándome besitos en el rostro - en la noche te lo recompensaré.

- Te esperaré desnudo entonces – río ante lo que acabo de decir, nos besamos nuevamente y luego tomándonos de las manos, comenzamos nuestro camino al cine, mi amigo tendrá que aguantar un poco más para ser atendido como es debido.


*Okura Tadayoshi*

- ¿Pero es que a todo Tokyo se le dio por tener sexo hoy? – Pregunto totalmente frustrado, luego de salir del décimo hotel en el que nos han negado hospedaje porque no hay habitaciones disponibles.

- Tranquilízate Yoshi – dice mi esposo tratando de calmarme.

- ¿Por qué el mundo conspira contra nosotros? ¿Qué hemos hecho para que nos suceda esto?

- Pues hoy inician las vacaciones para varias personas, así que supongo que quieren celebrarlo de esa manera – dice apenado.

- Pero yo también quiero celebrarlo contigo y no creo poder aguantar más.

- Yo tampoco creo poder aguantar – dice besándome de manera anhelante en los labios – tengo una idea, pero creo que es algo arriesgado.

- No importa, sea lo que sea lo intentaremos – digo sonriente.

- Entonces vamos – dice tomándome de la mano, yendo juntos hasta un centro comercial.

- ¿Lo haremos acá? – Pregunto sorprendido.

- No lo digas en voz alta – dice avergonzado, llegando ambos al baño de hombres que por suerte estaba vacío, entrando ambos a un cubículo que estaba fuera de servicio – no es el lugar más elegante y bonito para hacer aquello pero… - No dejo que termine lo que iba a decir ya que lo he tomado entre mis brazos, besándolo con desenfreno, metiendo mis manos por debajo de su ropa.

- No vayas a gritar mucho – digo bajándome los pantalones junto con mi ropa interior.

- Trataré de no hacerlo – dice un poco agitado, bajándose los suyos también. Me siento en el inodoro, seguido de él que se sienta sobre mis piernas, iniciando una fricción deliciosa entre nuestros miembros y sin dejar de besarnos, elevo un poco sus caderas para comenzar a penetrarlo lentamente.


*Kota*

Escucho unos leves golpes provenientes de afuera de la puerta de mi habitación, interrumpiendo mi agradable sueño, así que con pesadez me levanto de mi cama y camino lentamente hasta ésta y al abrirla me encuentro con Ryutaro, llevando un par de libros entre sus brazos.

- Detesto mucho tener que pedirte esto pero es que no tengo otra opción y por más que me desagrade, desgraciadamente tú eres el único que puede ayudarme – dice entrando sin siquiera yo darle autorización de hacerlo.

- ¿Y se puede saber qué quieres?

- Te lo diré, pero ponte algo de ropa primero ¡pervertido! – Exclama algo molesto.

- Pero no estoy desnudo – digo mirando que llevo mis bóxer puestos.

- ¿Cómo puedes andar así por la casa?

- En primer lugar, ésta es mi habitación y ando por ella cómo a mí se me dé la gana ¿entendido?

- ¿Sabes qué? Mejor olvídalo – dice caminando hasta la puerta, pero lo detengo rápidamente tomándolo del brazo.

- ¿Te parece bien si me pongo al menos unos pantalones?

- Lo que sea pero ponte algo – dice todavía molesto, así que sin hacerlo esperar más voy hasta mi armario y saco un pantalón, poniéndomelo de inmediato.

- ¿Y qué es lo que necesitas? – Pregunto acercándome nuevamente a él.

- Son unos ejercicios de matemáticas que no entiendo.

- Ya veo, siéntate – digo señalándole la silla de mi escritorio, a lo que él obedientemente se sienta sin titubear.

Nos quedamos un buen rato resolviendo y explicándole al mismo tiempo el cómo se hacía cada ejercicio, notándolo un poco tenso, con su mirada totalmente fija en los libros, sin voltear a mirarme ni una milésima de segundo.

- ¿Te pongo nervioso? – Pregunto para molestarlo un poco, de cierto modo, me gusta verlo con su cara enojada.

- ¿Ponerme nervioso? ¿Tú? – Dice por fin mirándome – solo eres un flacucho, no tienes nada de interesante – dice tomando sus libros.

- ¿Ya te vas?

- Muchas gracias por explicarme, podré hacer esto solo – dice dándome una última mirada, para luego irse de mi habitación.

- Si te puse nervioso – digo sin borrar mi gran sonrisa del rostro.


*Yasuda Shota*

- Perdóname mi amor, yo no quería ser tan brusco – dice por enésima vez mi esposo, durante el camino a casa, viendo cómo camino con dificultad, me duele horrores el trasero.

- Está bien, no te preocupes – sonrío adolorido – yo también estaba muy ansioso, así que era de esperarse.

- Por favor, perdóname – se reverencia nuevamente.

- No tienes por qué disculparte, estoy bien – digo dándole un delicado beso en los labios.
Llegamos a casa siendo recibidos por nuestros hijos, Yuri ya tenía la cena lista y servida en la mesa, estaban esperando nuestra llegada para comenzar a cenar.

- Chicos, tenemos un anuncio importante que darles – digo recibiendo la atención de todos en la mesa - ya hemos decidido el destino de nuestras primeras vacaciones cómo familia.

- ¿A dónde iremos? – Pregunta Yuri con emoción.

- Que sea Okinawa, que sea Okinawa – susurra Yuya.

- Exacto Yuya, iremos a Okinawa – digo sonriente, viendo las expresiones llenas de emoción de los chicos, hasta Ryutaro se ve un poco emocionado por la noticia.

- Así que vayan haciendo todos sus deberes que nos vamos dentro de una semana – dice finalmente mi esposo y luego de darnos un dulce beso, comenzamos a cenar, conversando sobre nuestras tan ansiadas vacaciones.

CONTINUARÁ... 

5/8/16

Father's Love

Hola a tod@s
Aquí estoy nuevamente con mi publicación mensual, pero espero pronto cambiar eso, que no me gusta dejarlas esperando tanto n.nU
En realidad estoy muy Happy como para escribir cosas tristes, así que lo siento si el capítulo no está tan triste cómo se esperaba, pero me gustó cómo quedó igualmente, muchas gracias por su amor y su apoyo, también pos sus comentarios *o* y cómo siempre éste fic va dedicado a mi querida Mari :3 <3



Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan


Capítulo 24

*Nishikido Ryo*

- ¿Qué dijiste?

- Que quiero el divorcio.

- Por favor dime que esto es una broma – dice al mismo tiempo que veo como sus lágrimas comienzan a salir de sus ojos.

- ¿Por qué iba a bromear con algo así? – Digo sin apartar mi vista de ella – lo lamento mucho, pero es la verdad.

- ¿Quién es? – Pregunta limpiando sus lágrimas con sus manos.

- Eso no te incumbe.

- ¿Qué no me incumbe? Me vas a dejar por una cualquiera ¡claro que me incumbe! – Dice molesta, es la primera vez que la veo en ese estado - ¡Dímelo!

- Eso no tiene importancia, sólo dame el divorcio y saldré de tu vida de inmediato.

- ¿Y lo dices tan fácil? ¿Así de poco te importamos?

- Mamá, Papá ¿Qué sucede? ¿Por qué tanto escándalo? – Pregunta Ryosuke entrando por la puerta de nuestra habitación.

- Que te lo diga tu Padre – dice con enojo.

- Papá ¿qué está pasando? – Pregunta mi hijo, mirándome con preocupación.

- Quiero divorciarme de tu Madre - digo totalmente seguro de mis palabras, ya por fin lo había dicho y ya no había marcha atrás, no puedo arrepentirme ahora.

- ¿Qué? – Pregunta con notable sorpresa.

- Lo que acabas de escuchar hijo, tu Padre quiere abandonarnos por otra mujer – dice ella abrazando a nuestro hijo.

- Yo no he dicho nada de abandonar a nadie y menos si se trata de Ryosuke, así que no lo metas en esto.

- ¿Eso es cierto? – Pregunta mi hijo sin todavía salir de su asombro.

- Si – respondo soltando luego un largo suspiro.

- ¿Por qué? ¿Por qué dejaste de amar a mi Mamá? – Pregunta nuevamente, con su rostro mojado en lágrimas ¿pero cómo iba responder el hecho de que había dejado de amar a alguien que nunca he amado?

- Ryosuke, esto es entre tu Madre y yo, no deberías de meterte.

- ¡Respóndeme! ¿Por qué después de tanto tiempo? ¿Acaso esa otra persona es más importante que tu verdadera familia? – Dice totalmente alterado.

- No es tan fácil de explicar Ryosuke – digo entristecido de verlo así.

- ¡Te odio! – Dice para luego salir corriendo, dando un fuerte portazo al salir de la casa.

- ¿Ves lo que hiciste? Por culpa de esa estás destruyendo nuestra familia.

- Piensa lo que quieras – digo con fastidio – igual la decisión está tomada - digo sacando una maleta del armario, poniendo mi ropa y demás pertenencias ahí.

- ¿Ya te vas dónde tu amante?

- No, voy a quedarme dónde Subaru, no es lo más lejos que pueda estar de ti por ahora, pero no tengo otro lugar a donde ir y menos a estas horas – digo poniendo más y más cosas en la maleta, lo más seguro es que Ryosuke esté ahí, así que aprovecharía para hablar con él sin la interrupción de mi futura exesposa.


*Ryosuke*

- Te odio, te odio – digo entre sollozos, corriendo hasta la casa de Yuto, golpeando la puerta con fuerza.

- ¿Ryosuke? – Pregunta mi tío Subaru al abrir la puerta - ¿Qué pasó? ¿Por qué lloras?

- Tío… - digo en un susurro abrazándome a él, viendo a Yuto bajar preocupado las escaleras.

- Ryosuke ¿qué te pasa? – Pregunta ahora Yuto y me suelto del abrazo de mi tío para abrazarlo a él.

- Voy a servir algo de té, llévalo a la sala – dice mi tío yendo directo a la cocina.

- Mi amor, tranquilízate – dice Yuto aprovechando el estar solos para besarme castamente.

- Yuto… mi Papá…

- ¿Qué pasó con Ryo? – Dice mi tío preocupado, saliendo de la cocina con una bandeja con una taza de té encima.

- Le ha… le ha pedido el divorcio a mi Mamá – digo tratando de normalizar mi voz.

- ¿Qué? ¿Cómo es eso? – Pregunta Yuto asombrado, mientras que mi tío queda en completo silencio.

- Quiere dejarnos por otra mujer y no ha dudado siquiera el decírmelo en la cara.

- ¿Papá, tú sabías algo de esto? – Le pregunta Yuto a mi tío.

- ¿Por qué debería de saber eso?

- Porque tú te la pasas casi todo el día con él y son amigos de toda la vida.

- Tío Subaru, dime quién es, necesito saberlo – digo desesperado.

- Lo mejor es que descanses.

- ¿Lo sabes verdad?

- Ryosuke, no puedo hablar contigo sobre eso – dice mirándome con pena – pero no juzgues así a tu Padre, él te quiere mucho, más de lo que tú crees.

- Si en verdad le importara, no dejaría a mi Mamá y seguiríamos siendo la hermosa familia que siempre hemos sido.

- Ryosuke, bebe esto y ve a dormir – dice ofreciéndome uno de los vasos de té.

- No quiero, necesito saber…

- Yuto, llévalo a tu habitación y procura que duerma.

- Si papá, vamos Ryosuke – dice mi novio tomándome del brazo, llevándome hasta su habitación rápidamente.


*Shibutani Subaru*

- Lo ha hecho – digo bajito sentándome en el sofá, mentiría si dijera que no me preocupan las consecuencias que tenga Ryo más adelante, pero no puedo negar que siento una gran alegría recorrer todo mi ser, por fin mi amado Ryo, sería todo mío.

Escucho unos ligeros golpes desde la puerta y rápidamente me dirijo a ella, encontrándome a Ryo, con una enorme maleta al lado.

- ¿Puedo quedarme contigo? – Pregunta poniéndome esos ojos de cachorrito que tanto sabe que me encantan.

- Toda la vida si quieres – sonrío abrazándolo con fuerza.

- ¿Ryosuke está aquí? – Pregunta al separarnos.

- Si, está arriba con Yuto – suspiro pesadamente – ¿en verdad lo hiciste?

- Simplemente las palabras salieron de mi boca – sonríe amargamente – pero era lo mejor, ya no aguantaba más, ahora lo que me preocupa es Ryosuke.

- No lo tomó muy bien.

- Lo sé ¿puedo entrar?

- Claro – digo cayendo en cuenta de que todavía estamos en la entrada de la casa, lo ayudo con la maleta y vamos ambos hasta la sala, sentándonos en el sofá, con nuestras manos entrelazadas.

- Será difícil cuando se enteren de lo nuestro – dice recostando su cabeza en mi hombro.

- Me preocupa más eso que cualquier otra cosa ¿se lo dirás mañana?

- Será mejor todavía no hacerlo, las cosas están pasando muy rápido ¿no crees? – Dice con tristeza, Ryo no es de los que lloran a mares cuando algo así sucede, pero sé muy bien que no lo está pasando para nada bien.

- ¿Y qué quieres hacer ahora?

- ¿Puedo dormir contigo?

- ¿Solo dormir? – Pregunto con algo de picardía.

- Solo dormir, como cuando éramos niños – dice dedicándome una sonrisa al mismo tiempo que me abraza con fuerza.


*Yuto*

- Yuto… ¿por qué tiene que estar pasando esto? – Dice Ryosuke volviendo a llorar al entrar a mi habitación.

- Ryosuke… - lo abrazo con fuerza, al mismo tiempo que acaricio sus cabellos, me duele tanto verlo así, pero no sé qué decirle, mis padres son divorciados, pero las cosas eran diferentes en nuestra convivencia, en cambio Ryosuke, tenía una familia perfecta, de esas familias felices que se ven en los comerciales de televisión – bebe un poco de té, te hará bien – digo separándome un poco de él, dándole la taza.

- Gracias… - dice en un susurro, comenzando a beber el té lentamente.

Nos sentamos en mi cama al ver que ya se había bebido todo el contenido de la taza y al dejarla en la mesita de noche, me volvió a abrazar haciendo que me acostara sobre la cama con él encima, mojando la camisa de mi pijama con sus lágrimas que no paran de desbordar de sus ojos. Me quedo en silencio, acariciando sus suaves cabellos con una de mis manos, nos quedamos así un buen rato hasta que éste se durmió y aprovechando eso, lo recosté suavemente sobre la cama, cuidando de no despertarlo y bajo hasta la cocina para tomar algo de agua, pero lo que veo me deja algo sorprendido, están mi papá y mi tío abrazados, de una manera muy dulce.

- ¿Cómo está Ryosuke? – Pregunta mi tío Ryo, separándose del abrazo que se estaba dando con mi papá.

- Se ha quedado dormido – respondo evitando pensar en cosas raras, mi tío y mi papá solo son buenos amigos, no sé por qué se me cruzan ese tipo de cosas por mi cabeza.

- Ya veo… mañana hablaré con él, pero no le digas que estoy aquí.

- No se lo diré, no te preocupes.

- Gracias.

- No es nada – suspiro - aunque no entiendo muy bien qué es lo que está pasando, espero que todo se solucione.

- Gracias Yuto.

- Mejor vamos a dormir, mañana será un día largo – dice mi Papá, así que voy rápidamente a la cocina y tomo un vaso llenándolo de agua y subo las escaleras junto con ellos.


*Ryosuke*

Despierto viendo a Yuto dormir a mi lado, se ve tan tranquilo y tan bonito que no he podido evitar rozar levemente mis labios con los suyos.

- Buenos días – dice él de repente, asustándome un poco.

- ¿Desde cuando estás despierto?

- No hace mucho – dice sonriente – por cierto, hay algo que necesito que sepas antes de que bajes – dice mirándome con preocupación.

- Dime.

- Tu Papá se ha quedado aquí – dice seriamente

- Entonces será mejor que me vaya antes de que me vea – digo levantándome rápidamente de la cama.

- No puedes estar huyendo de tu propio Padre ¿no crees qué es tonto? Deberías de hablar con él, saber su verdadera razón del por qué ésta haciendo lo que hace – dice levantándose de la cama también.

- Yo no tengo nada que hablar con él, claramente ni mi Madre ni yo le importamos.

- Ryosuke, por favor intenta hablar con él – dice mirándome con ternura, pero ni él podrá hacer que cambie de opinión, así que lo beso en los labios y sin decir nada más salgo de su habitación y bajo las escaleras.

- Ryosuke ¿a dónde vas? – Pregunta mi Padre saliendo de la cocina.

- Eso a ti no te importa, mejor vete con la mujerzuela que te conseguiste – digo con enojo, saliendo rápidamente de la casa.


*Daiki*

- Kei ¿estás bien? - Pregunto mirando con preocupación a mi novio, nos encontramos en su auto, camino a mi casa, mi Padre estará hoy allí y tal y como se lo prometí, llevaría a Kei cuando él estuviera en ella.

- ¿Por qué lo preguntas?

- Es que estás temblando.

- No te preocupes, estoy bien – dice tomando con más fuerza mi mano que está entrelazada con la suya.

- Kei, si no estás preparado para ir a ver a mi Papá, está bien, no me enojaré contigo si no lo haces.

- Ya te dije que estoy bien, además es necesario hablar con él, no quiero que piense que no voy en serio contigo – dice estacionando el auto al frente de mi casa, estaba tan distraído hablando con él que no me había percatado de lo cerca que estábamos de llegar.

- Cuando te conozca mejor, te va a adorar – digo sonriente, dándole un beso en los labios.

- Eso espero – dice con pesadez, volviéndome a besar de manera un poco más demandante.

- ¿Es que no piensan entrar? – Pregunta de repente mi Padre, haciendo que ambos nos separemos bruscamente.

- ¿Desde cuando estás aquí? – Pregunto con reproche.

- Desde que vi que el auto se había detenido en frente – dice tranquilamente ¿acaso estuvo todo este tiempo mirando desde la ventana de la casa?

- Es un gusto verlo Maruyama-san – dice Kei al estar fuera del auto, haciendo una reverencia, mientras que mi padre solo lo fulmina con la mirada.

- Entren – dice finalmente, antes de dirigirse nuevamente a la casa.

Luego de dejar el auto debidamente cerrado, tomé nuevamente de la mano a mi novio, que simplemente no deja de temblar, mi Papá es una buena persona y jamás en mi vida lo había visto comportarse así con alguien, en verdad no entiendo porque actúa de ésta manera.


*Kei*

- Tranquilo Kei… tranquilo – susurro temeroso, sujetando con más fuerza la mano de mi adorado novio.

- Cálmate, no va a pasar nada malo – susurra también, sonriéndome con ternura al entrar finalmente a la casa – Papá, Kei y yo estaremos en mi habitación.

- ¿Y qué van a hacer en tu habitación que no pueden en la sala y en mi presencia? – Dice Maruyama-san mirándome como si me fuera a tragar vivo.

- ¡Papá!

- Daiki, tú dijiste que aceptarías mis condiciones con tal de permitirte estar con éste, así que no me desobedezcas – dice serio, haciéndome sentir más nervioso de lo que ya estoy, viendo cómo mi novio asiente resignado – ¿y qué pensaban hacer arriba?

- Habíamos traído unas películas para verlas juntos – digo sacándolas de mi bolso, extendiéndoselas.

- ¿Sólo románticas? – Pregunta con algo de fastidio - ¿No trajiste algo más de acción?

- No señor, no traje – digo apenado.

- Creo que tengo una en mi habitación, ya la traigo – dice mi novio subiendo hasta su habitación, dejándonos solos, en completo silencio, solo puedo sentir su fría mirada sobre mí, como estacas de hielo atravesando mi cuerpo.

- Maruyama-san…

- No tengo ganas de hablar contigo, así que ahórrate tus palabras – dice molesto a lo que yo solo asiento.


*Maruyama Ryuhei*

No puedo creer que le haya prometido a ese hombre que aceptaría que su hijo saliera con el mío, es que simplemente no sé cómo pude permitirlo, pero soy un hombre de palabra, así que por más que se me retuerza el estómago de verle la cara a ese muchacho, tendré que cumplir con lo que prometí.

- La encontré – dice Daiki alegremente bajando las escaleras, mostrándome la película que al parecer es de Zombies.

- Vamos a verla a la sala – digo tomando la película.

- Iré a preparar las palomitas – dice Daiki yendo hasta la cocina.

Esperamos hasta que Daiki volvió a la sala con tres tazones llenos de palomitas, pongo la película en el reproductor, para luego sentarme en medio del sofá que queda frente al televisor, los dos se me quedaron mirando unos segundos hasta que por fin se sentaron, uno a cada lado mío.

- ¿En verdad no quieres ir a otra parte?

- No, te he dicho que quiero conocer tu casa y eso es lo que haremos – dijo sosteniendo firmemente  mi mano.

- Pero mi casa no tiene nada de especial ¿por qué quieres tanto verla?

- Porque ahí vives tú, quiero conocer todo lo que tenga que ver contigo.

- Eso sonó un poco raro.

- Ya conozco al 100% tu cuerpo, así que no está de más conocer tu entorno – dijo esbozando una gran sonrisa, haciéndome sonrojar hasta las orejas.

- ¿Por qué tienes que decir esas cosas? – Dije completamente avergonzado.

- ¿Decir qué?

- Eres un tonto – dije caminando más rápidamente, llegando por fin ambos hasta mi humilde morada.

- Es pequeña – dijo con asombro.

- ¿Qué esperabas ver? ¿Una mansión cómo la tuya?

- Es perfecta – dijo sonriente - entremos – dijo todavía muy animado, jalándome hasta llegar a la puerta de ésta, abriéndola casi de inmediato. Yoko entró mirando todo con curiosidad y asombro, parecía un niño en una juguetería.

- No tienes que fingir que te gusta.

- No estoy fingiendo, en verdad me gusta, tiene tu olor – dijo abrazándome por la espalda, besando mi nuca.

- Yoko…

- Creo que tenemos que seguir con el recorrido después – dijo metiendo su mano por debajo de mi camisa.

- Pero si apenas llegamos ¿no te puedes esperar? – Dije quedando frente a frente con él.

- No – dijo besando mis labios, desvistiéndome con desesperación, por más que me avergonzara todo aquello, no podía negar que yo también ansiaba desesperadamente fundirme con él.

- Papá ¿estás bien? – Pregunta Daiki preocupado – estás llorando.

- ¿Eh? – Digo sorprendido, acercando mis manos a mi rostro, que está empapado.

- No pensé que te conmovieran tanto éste tipo de películas – dice mirándome extraño.

- No es eso, solo me acordé de algo horrible – digo limpiándomelas con la manga de mi camisa - ¿ya acabo? – Pregunto al ver que ya estaban dando los créditos ¿tanto tiempo me quedé pensando en eso?

- Hace poco – responde mirándome preocupado.

- Estoy bien, no te preocupes – sonrío para que deje de preocuparse – ve haciendo la cena, ya se está haciendo de noche.

- Si señor – responde, yendo nuevamente hasta la cocina.

- Maruyama-san.

- No quiero…

- Por favor señor, escúchame – me dice serio, mirándome fijamente a los ojos, pero contrario a lo que dice, se ve realmente nervioso – no sé qué es lo que ha pasado para que se comporte así conmigo, pero quiero que sepa que yo amo a Daiki, lo amo más de lo que se pueda imaginar.

- ¿En serio lo amas?

- Si señor y tenga por seguro que jamás se me cruzará por la cabeza hacerle daño, jamás lo haría.

Me quedo mirándolo por buen rato, su respiración está agitada, pero puedo ver tal sinceridad en sus ojos ¿será posible que él no sea cómo su Padre?

- Iré a calificar algunos exámenes, avísenme cuando esté la cena – digo levantándome del sofá.

- ¿Eso quiere decir que si me acepta? – Pregunta mirándome confundido por mi reacción.

- Quizás – digo finalmente, puede que me arrepienta de esto más adelante, pero ese chico no parece mala persona, si su hermano lo es, quizás él también lo sea, pero de todos modos estaré pendiente de su relación, no le perdonaré si mi hijo sufre por su culpa.


*Kei*

- ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo? – Pregunta Daiki saliendo apresuradamente de la cocina.

- No me quedó muy claro, pero al parecer ya me aceptó – digo todavía no muy seguro de lo que había presenciado.

- ¿Ves? Te lo dije, mi papá es una gran persona y sé que poco a poco te irás ganando su cariño – dice Daiki abrazándome cariñosamente.

- Eso espero – digo correspondiendo a su abrazo – ¿quieres qué te ayude con algo?

- Pero si tú no sabes cocinar – dice burlonamente.

- Pero puedo aprender – digo sonriente, besándolo dulcemente y luego ir juntos a la cocina, sintiendo un peso quitárseme de encima.

CONTINUARÁ...